jueves, 8 de mayo de 2008

Egipto XIX

Día 13 – 24 de Mayo de 2006
Giza – Jan el Jalili
Nos levantamos como a las 8:30, bajamos a desayunar y después volvimos al cuarto y yo aproveché que todavía teníamos un rato y me planché el pelo porque era un desastre!
Bajamos 10:30 y ahí estaba Walid, tan puntual como siempre y tan amable como siempre: nos trajo de regalo una rosa roja para cada una. Nos dirijimos directamente a Giza, al llegar bajé yo a comprar los tickets, cuando volví al auto Walid me dijo: “you are strong” con su sonrisa de siempre, pero creo que me quiso decir gorda! :(
Empezamos a caminar hacia las pirámides y Walid mientras nos esperaba en el estacionamiento. Se nos empezaron a acercar unos tipos a pedirnos los tickets, pero como Walid nos había prevenido le dije a uno de ellos que por qué le tenía que mostrar el ticket, que yo ya lo había presentado al entrar y si era personal de allí que me muestre su credencial, el tipo muy enojado me empezó a decir de todo en árabe pero como no le entendía nada no me importó je je! Y yo lo mandé a la mierda y otras cosas en español y tampoco me entendió pero por suerte se fue y ya no se nos acercó nadie más! Son tipos cualquiera que si ven a alguien sin un guía se hacen pasar por guías oficiales del recinto y después te cobran lo que quieren. Fuimos a la de Keops y no podíamos creer estar allí tocando sus paredes, nos sacamos fotos en ella, con Kefrén de fondo y desde todos los ángulos. Después dimos toda la vuelta alrededor de ella, pasamos por el museo de la Barca Solar pero decidimos no entrar y seguir.
Ale entró en una de las pirámides satélites de Keops, yo no lo hice porque estaba descompuesta del calor y si entraba creo iba ser peor, por lo que me quedé sentada allí esperandolá a mi hermana. Salió Ale después de un rato y caminamos hacia otra de las caras de la pirámide donde hay una edificación como abandonada y al acercarnos vemos que estaba decorada con motivos egipcios pero se notaba que era más moderna. Después nos enteramos que era una vivienda que había mandado a construir Mohamed Alí, pero estaba a punto de derrumbarse. No solo construyó su casa allí sino que también Mohamed Ali, el fundador del Egipto moderno, había tomado la firme decisión de derribar la pirámide de Keops!

Según los documentos históricos, Mohamed Alí, que gobernó Egipto entre 1805 y 1845, pidió durante su mandato a un ingeniero francés que construyera una presa sobre el Nilo y utilizara para hacerlo las gigantescas piedras de la pirámide de Keops. El ingeniero francés, identificado como "Linan", intentó con la ayuda del entonces cónsul general de Francia en Egipto convencer a Mohamed Alí para que revocase su decisión y poder así proteger la pirámide. Este solo dio su brazo a torcer cuando el ingeniero le aseguró que el transporte de los bloques de la pirámide iba a ser demasiado costoso, y que podrían conseguir por menos dinero piedra más barata de un área más cercana a la zona donde se levantaría la presa. El ingeniero se salió con la suya y finalmente fue la cantera de Shalkan la que proporcionó las piedras donde hoy se levanta la presa de Qanatir, 25 kilómetros al norte de El Cairo, uno de los proyectos hidráulicos más importantes de la historia de Egipto. Hoy en día, las presas de Qanatir, que están coronadas por bellos puentes de estilo neomorisco, se han convertido en un lugar muy visitado por el turismo local. Cuando estábamos mirando la casa de Alí, comenzó el llamado a la oración y nos acercamos hacia el lado donde se veía todo Giza y era una vista hermosa y más con esa “música” de fondo. Mientras estábamos ahí observando y escuchando Ale ve entre las piedras algo que brilla y lo levanta y era un botón dorado con un águila en el centro, lo primero que pensamos fue que era de un militar nazi que estuvo allí junto al “Zorro del desierto” durante la segunda guerra mundial pero Ale enseguida me recordó que la bandera egipcia también tiene un águila por lo que perfectamente podía ser de un policía egipcio… y bue yo soy más fantasiosa y me hubiera gustado que sea como yo lo imaginé.En ese momento escuchamos que nos están llamando y era un policía que nos decía que no podíamos estar allí, le pedimos disculpas y le dijimos que no sabíamos y nos fuimos.Nos encontramos con Walid y con el auto nos llevó cerca de la Esfinge, caminamos hacia ella y entramos como en un pasadizo que desembocaba en una especie de templo que era el templo mortuorio de Kefren. Había como una especie de alcantarilla con agua en el fondo y todo el mundo arrojaba monedas y pedía tres deseos y nosotras no ibamos a ser menos, pero tiramos monedas argentinas para que quede nuestro recuerdo allí. Seguimos caminando y ya se veía la esfinge. Salimos al exterior y subimos unas escaleras para acceder a la explanada que la rodea. Nos quedamos mirandola un buen rato, nos sacamos bastantes fotos desde todos los ángulos y después fuimos caminando hacia atrás, hacia la cola de la esfinge y había unos escaloncitos donde nos sentamos, gracias a Dios como en casi todo nuestro viaje no había casi nadie más allí. Aprovechamos y en unas botellitas de yogur que especialmente llevábamos en nuestras mochilas, juntamos arena de ahí ya que estaba muy limpita, la que ahora guardo en mi casa como un tesoro! Yo dejé un recuerdo allí, dejé pegado mi chicle en el escalón donde estaba sentada je je!
Caminamos hacia la salida y pasamos por donde están las butacas del espectáculo de luz y sonido, llegamos a KFC donde Walid nos dijo nos esperaría.De allí le pedimos nos lleve al Khan el Khalili ya que nos habían quedado muchísimas cosas por ver…y por comprar! Nos dejó en una avenida cerca de la Plaza Hussein, caminamos hasta allí y después por la calle lateral de la mezquita que es donde comienza el mercado. Lo primero que compré fue una coca (estaba con mucha sed!) y unos gorritos blancos tejidos a mano que después me enteré usan los musulmanes que ya viajaron a La Meca. Caminamos un montón recorriendo el mercado y compramos de todo: camisetas del Zamalek, platitos con motivos egipcios, monederos, karkadé, billeteras de piel de camello, etc. En todos los locales Ale pedía que nos regalen algo y yo me moría de vergüenza!
Pero salía beneficiaba porque yo también recibía algún obsequio!
En un momento doblamos por una callejuela que cortaba la avenida sobre la que estábamos caminando y caminamos por ahí hasta que nos dimos cuenta que estábamos perdidas, no podíamos salir de esa especie de laberinto de locales que vendían en su mayoría telas. Además la gente que estaba por ahí nos miraba como dos bichos raros, porque éramos las únicas occidentales y encima mujeres en ese lugar!

Por fin después de dar vueltas y vueltas desembocamos en una avenida que nos llevaba hasta la plaza nuevamente. Después de la peripecia nos sentamos a tomar algo en un barcito a la vuelta de la Mezquita, pedimos karkadé frío y por supuesto nos trajeron unas hojas de menta fresca y un agua mineral Baraka (que significa bendiciones en árabe). Era un lugar muy lindo, con su balcón de madera todo labrado. El baño no era muy limpio que digamos pero habitual en Egipto.
Descansamos un rato, nos refrescamos y seguimos caminando y comprando y cada vez se llenaba más el mercado de egipcios. Compré unas remeras para Abril y otras cosas.Mas tarde fuimos a sentarnos en uno de los barcitos frente a la Plaza y a la Mezquita y pedimos té con leche, nos trajeron un vaso enorme y estaba riquísimo, Ale además se pidió un sandwich de carne y también estaba riquísimo.
Desde nuestra mesa que estaba bien adelante podíamos observar todo: la gente que pasaba, el movimiento en la Mezquita que estaba toda iluminada con luces de colores que se lucían más porque estaba oscureciendo, los vendedores, etc. Además estaban preparando un escenario frente a la mezquita y uno de los hombres se subía a una escalera altísima que solo estaba apoyada en la pared, yo creí que en cualquier momento se caía, pero eso no ocurrió…aljandulilá!La plaza cuanto mas tarde mas se llenaba de gente. Nosotras pagamos y dijimos de caminar un poco para el otro lado, cuando empezamos a caminar se nos acerca el dueño del bar donde habíamos estado y nos recomendó no caminar para ese lado en ese momento ya que según nos dijo en ese tipo de reuniones hay algunos ladrones que aprovechan la multitud para arrebatar a la gente. Decidimos hacerle caso y nos quedamos en la Plaza. Se nos acercó un vendedor de papiros y Ale compró un montón por solo 10 LE y me regaló 2 a mi. Obviamente no son la mejor calidad pero son bastante lindos por el precio que los pagó.
Como a las 9:30 de la noche decidimos volver a Zamalek, a nuestro Hotel Longchamps, nuestra casa mientras estuvimos en El Cairo. Caminamos hacia la avenida para tomar un taxi y se nos acercaron varios taxistas pero les dijimos que no…no nos inspiraron confianza. En eso se nos acerca un señor mayor y nos ofrece su taxi, le preguntamos cuanto nos cobraba hasta nuestro hotel y nos dijo que 15 LE, o sea lo correcto para ese tramo pero le aclaramos que por las dos y nos respondió sonriendo que si. Subimos al taxi, un fiat muy viejo y destartalado y con la sorpresa que para arrancar necesitó la ayuda de unos hombres! Ya en camino le preguntamos el nombre y si era musulmán y respondió que por supuesto y giró y nos mostró orgulloso la marca en su frente. La noche estaba hermosísima y las calles del Cairo estaban inundadas de gente, en un momento se le abre la puerta al señor, quien la cierra inmediatamente y seguimos como si nada.Paramos en una esquina donde había dos mujeres egipcias y el chofer se pone a hablar con ellas que después de una breve negociación suben a la parte de adelante muy apretadas ya que una de ellas era bastante gordita. Con Ale no entendíamos nada y estábamos muy tentadas, pero le dijimos al señor si quería que alguna de ellas venga atrás que había mas lugar, pero las mujeres con cara de pocos amigos dijeron la, la! Enseguida se le abre nuevamente la puerta al chofer! yo creo que por la presión que había adelante, y no la podía cerrar, asi que se la acomodó abajo del brazo, como soteniendola y seguimos viaje, jajaja! Con Ale no podíamos mas de la risa y las egipcias que con muy mala cara nos miraban y hablaban en árabe hasta que se bajaron al fin, no sin antes discutir con el viejito por el precio del viaje!En Egipto es muy común subir a otras personas en un taxi que ya está ocupado.Llegamos enseguida al hotel ya que este señor lo conocía perfectamente y donde quedaba. Como nos cayó muy simpático le dimos 20 LE, o sea 5 de propina por lo que quedó muy agradecido. Dejamos las cosas en la habitación y nos fuimos a “Einstein” a tomar su exquisito café y comer un sandwich, volvimos como a las 12 y nos fuimos a dormir ya que al otro día nos teníamos que levantar muy temprano ya que Alí nos pasaría a buscar a las 7 para ir a Alejandría.

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