domingo, 16 de marzo de 2008

Egipto XVIII

Día 12 – 23 de Mayo de 2006
Khan el Khalili con Alberto e Imán

Nos despertamos a las 8:30, nos cambiamos y nos fuimos a desayunar, muy tranquilas porque ese día no habíamos programado nada por la mañana. Caminamos un rato por las tranquilas y soleadas calles de Zamalek, fuimos a un café-internet en donde no sirven café! Pero ya por costumbre se llaman así.Escribimos mails a nuestros respectivos amigos, familiares, etc. y nos fuimos. Después fuimos hasta la Avenida 26 de Julio a caminar y entramos en una tienda porque quería comprarle un pijama a Abril, que por supuesto se lo compré. Además compramos para nosotras y para regalar unos manteles con motivos egipcios y de un algodón espectacular por muy pocas libras, creo que 20 LE cada uno.
Cuando salimos escuchamos el llamado a la oración y al llegar a la esquina del hotel vemos que en esa cuadra había un montón de hombres agachados rezando en la calle, con Ale nos quedamos esperando en silencio a que terminen y despues recién pasamos. A esa altura ya lo tomábamos como algo natural pero no por eso nos dejaba de asombrar y admirar esa devoción de los musulmanes de no importarles el lugar sino solo rezan a su Alá. Al volver al hotel nos dicen en recepción que había llamado Alberto y que volvía a llamar, efectivamente llamó y nos dijo que nos pasaba a buscar por la tarde. Como a las 5 nos avisaron que estaban abajo esperandonos. Bajamos y allí estaban Alberto y su novia Imán. Él es muy simpático y gracioso, Imán es una egipcia atípica porque aunque es musulmana no usa velo, es morocha, alta y dientes perfectos, es muy linda y simpática. Le entregamos a Alberto lo que le enviaban desde Buenos Aires y se alegró mucho.Fuimos en el auto hasta el Jalili, Alberto estacionó el auto sobre una avenida al costado del mercado, como no se podía estacionar allí, aunque había otros autos estacionados, le dio propina al policía para que lo deje y ningún problema.Como primero dijimos de ir a comer, solo caminamos unas pocas cuadras por el mercado y ya me enloquecí con todo lo que vi, me quería comprar todo!
Fuimos a comer a un lugar sobre la Midan Hussein donde se encuentra la Mezquita del mismo nombre en honor al nieto de Mahoma hijo de su hija Fátima. Se conserva en dicha Mezquita un cráneo que es venerado por los chiítas porque según dicen es del propio Hussein pero esto no ha sido comprobado aún.Comimos en unas mesitas situadas en la vereda de un lugar frente a la Midan. Alberto pidió una variedad de comidas típicas egipcias como el Kebab, Keppe, pasta de garbanzos, costillitas de cordero, ensalada, etc. realmente riquísima. Alberto nos invitó, de ninguna manera aceptó que le paguemos la comida. Comimos y conversamos mucho con Imán quien nos contó que era divorciada, que tenía dos hijos que vivían con el padre ya que así dice la ley en Egipto, si un matrimonio se divorcia los hijos deben vivir con el padre…También nos contó que conoció a Alberto volando ya que él es piloto de avión y ella azafata y que hacía aproximadamente 4 años que estaban juntos, pero no sabía que iban hacer ya que ella tiene sus hijos en Egipto de los cuales no se quiere separar y Alberto también tiene una nena que vive en Argentina por lo que quedarse a vivir allá para siempre significaba no ver a su hija por largos períodos, todo un problema. (Hoy en día Alberto e Imán están casados y viajaron el verano pasado a Argentina a visitar a la hija de él. Su idea es vivir en Egipto y visitar Argentina lo más seguido posible). Cuando Imán fue al baño Alberto nos confesó que lo único que le molestaba de Imán era que no lo dejaba comer jamón cuando viajaban a Roma o Milán, ya que en Egipto no hay porque es jaram (pecado) y ningún egipcio lo come. Según cuenta la tradición ellos no comen cerdo porque hubo hace cientos de años una epidemia de triquinosis, enfermedad transmitida por este animal, y que provocó la muerte de miles de personas por lo que a partir de allí no comieron nunca mas cerdo por considerarlo sucio.Después de comer fuimos a recorrer el mercado gracias a Dios con Imán que regateaba los precios por nosotras y conseguía todo mucho más barato. Compramos tres trajes de odalisca, uno para Abril, otro para Fede y otro para la nena de Alberto.También compramos unas sandalias con una víbora para Michelle y la Buba (mis sobrinas), unos zapatitos para Abril y unas ojotas para mi. En una joyería Ale compró un colgante para Echi y yo uno a Luchi.
Como estábamos cansadísimos decidimos ir a tomar algo y Alberto nos propuso el Fishawi y obviamente aceptamos. Nos sentamos en una mesa afuera y por supuesto me pedí un karkadé. Ale con Alberto e Imán pidieron una shisha pero no probé. Fui adentro y pregunté donde era el rincón de Naguib Mafuz y uno de los dueños me mostró y me contó algunas cosas y después me sacó una foto ahí, fue muy emocionante sentarme en el rincón donde él solía sentarse a escribir.Pasamos un momento muy agradable charlando de la vida y disfrutando de un fresco karkadé en el fishawi, más no se podía pedir!

Como ya era un poco tarde y había oscurecido, decidimos irnos. Al llegar a la avenida donde estaba el auto vemos que era el único que seguía ahí y un policía (que no era el que Alberto le había dado la propina) estaba tomando nota al lado, encima era una marea humana que caminaba por los costados del auto. A esa hora es cuando todos los egipcios salen de sus casas a comprar, pasear, comer, etc. Y parecía que todos se habían concentrado en esa avenida alrededor del auto de Alberto! El policía no solo estaba labrando una multa sino que había llamado a la grúa, Alberto le explicó que el otro policía lo había dejado estacionar ahí y bla bla bla pero no había caso, el policía seguía en su postura, entonces Imán se puso al volante y empezó a discutir en tono alto y en árabe con el policía y Alberto trataba de calmar los ánimos. Ale y yo estábamos sentadas en el asiento trasero y no sabíamos si reirnos o que con esa situación mientras la gente pasaba y nos miraba por las ventanillas.
Finalmente Alberto bajó del auto y lo convenció al policía que nos deje ir, este accedió pero le dijo que arrancáramos y nos fuéramos lo más rápido posible porque estaba llegando la grúa y ahí no había solución, nos llevarían el auto sí o sí! Entonces Alberto le grita a Imán que ponga el auto en marcha y arranque, mientras el corría para subirse, le gritaba Iala Iala Mimí ! pero con la gran cantidad de gente era imposible avanzar rápido y ya escuchábamos la sirena de la grúa! Arrancó el auto y no sé como nos libramos de la marea humana y pudimos avanzar por una avenida y luego tomar la autopista, dejando la grúa atrás! Nos reimos mucho después de toda la situación, además era muy gracioso escuchar a Alberto “hablando” en árabe, ja ja! Se le notaba el acento porteño y quedaba muy divertido!
Nos llevaron hasta el hotel y allí nos despedimos ya que ellos no tienen casi días libres, siempre están volando. Alberto nos dio unos regalos para que se lo entreguemos a su hija en Buenos Aires y después nos abrazó e Imán también, realmente son dos personas encantadoras y muy amables.
Subimos a nuestra habitación y como siempre hacíamos miramos las cosas que compramos, ordenamos nuestras mochilas, nos bañamos y planeamos el día siguiente: Lo llamé a Walid y quedamos que nos pasaba a buscar a las 10:30 por el Hotel para ir a las pirámides, pero en auto no en camellos!!! Como era bastante temprano todavía fuimos a dar una vuelta por Zamalek, pasamos por una tienda de ropa y entramos, estaba llena de mujeres egipcias con sus hijos comprando ropa. Miramos todo y nos probamos también, finalmente compré un jean Gap, una remera musculosa para mí y otra para Abril que resultaron de una calidad excelente y estaban a un precio muy económico.
Fuimos a comer cerca del Hotel, en Hardys y después a dormir porque estábamos muy cansadas!

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