domingo, 16 de septiembre de 2007

Egipto XIV

Día 9 - 20 de Mayo de 2006
Vuelta al Cairo
Nos despertamos como a las 5:30 y aún estaba medio oscuro, nos cambiamos y como una hora después nos trajeron el desayuno que fue tan abundante como el del viaje de ida.
Llegamos al Cairo como a las 7:15 de la mañana y por la ventanilla del tren ya comenzábamos a ver las típicas escenas de esta ciudad mágica.
Decidimos tomarnos un taxi, pero eran miles de hombres gritando si queríamos taxi y tratando de agarrarnos los bolsos y nosotras tironeando y diciendo “la shukram, la shukram!” hasta que vimos uno que nos pareció confiable y arreglamos que nos lleve al Longchamps por LE 15, o sea lo que salía habitualmente ese viaje.
Por fin llegamos a nuestro querido hotel en Zamalek tipo 8:30 de la mañana pero como el check in era a las 12, solo dejamos los bolsos, fuimos al baño y tuvimos que salir a caminar para hacer tiempo.
Caminamos por la orilla del Nilo que está enfrente del Dokki, pasamos por el Jardín Botánico, el Acuario, el Gezhira Golf Club y otras cosas que no recuerdo, caminamos mucho!.
Como teníamos mucho tiempo le propuse a Ale ir hasta la Torre del Cairo pensando que era mas cerca porque ya la divisabamos…al final caminamos como 15 cuadras mas hasta llegar.
Al llegar a la Torre estábamos muertas y decidimos tomar algo en el bar que había allí, se llamaba Al Bustan (el jardín en árabe) y era muy lindo todo con mesas al aire libre pero como con alfombras, sillones y gazebos. Yo tomé un té y Ale un café.
Terminamos nuestras infusiones, descansamos un rato y entramos a la Torre, en la entrada había un montón de hombres: entre policías, guardias de seguridad, obreros (estaban arreglando la torre) y curiosos! Sacamos la entrada y subimos en el asensor con el asensorista quien a cambio de una propina nos contó que la Torre tenía la altura de un edificio de 65 pisos y otras cosas mas.
Llegamos al último piso después de un rato largo ya que el asensor era bastante lento…jaja! Bajamos en un piso donde un mozo nos ofreció pasar al restaurant pero le respondimos que solo queríamos observar la vista y nos indicó que debíamos subir por escalera un piso mas.
Por fin salimos y la vista del Cairo era realmente maravillosa, se podía ver el museo, los principales hoteles (entre ellos el que estuvieron papá y mamá) la Ópera del Cairo, el Nilo por supuesto y miles de minaretes.
Tomamos fotos y después de un rato nos fuimos. Decidimos volver caminando pero por el otro lado de la isla.
Comenzamos a caminar y decidimos contar los taxis que nos tocaban bocina y llegamos a contar 22!!! En un momento Ale me dice: “me parece que por acá ya pasamos” y viendo mejor era verdad, cuando volvíamos tomamos por la corniche y en un momento en vez de seguir derecho que era lo correcto, doblamos a la izquierda como en una rotonda y era como que volvíamos para el lado de la Torre! Que bajón, habíamos caminado como 10 cuadras de mas. Retomamos el camino correcto y mas adelante vimos que estaban filmando una novela o un comercial un hombre y una mujer en un auto espectacular.
Despues de tanto andar por fin llegamos al Longchamps donde nos asignaron la habitación nº 12 que estaba ubicada en el frente del hotel, o sea saliendo del asensor hacia la izquierda. Era amplia, luminosa y tenía hasta una terracita propia, estábamos chochas con nuestro cuarto.

Después ordenamos las cosas en el placard, colgamos algunas cosas y otras las dejamos dobladas en los estantes y descansamos porque estábamos muertas despues de haber recorrido todo Zamalek.
A la tarde solo salimos a caminar un rato y descubrimos un bar llamado "Einstein" donde servían un café con leche riquísimo y del que seríamos habitués. Siempre estaba lleno de extranjeros, por lo que se veía en general eran chicos que estaban estudiando en El Cairo e iban a ese café porque había wi.fi
También vimos un lindo restaurant y esa noche fuimos ahí, se llama Goal y era estilo “italiano”.
Había un montón de hombres y apenas 2 o 3 mujeres aparte de nosotras. Ale pidió de comer ravioles y yo tallarines a la bolognesa, como no servían alcohol, Ale tomó un jugo y yo agua mineral.
Nos fuimos después de un rato y cuando llegamos al hotel decidimos llamar a uno de los taxistas que recomendaban en el foro de Egipto que hablaba español porque yo ya estaba agotada de hablar en inglés y traducirle a Ale.
Lo llamé a Alí, así se llamaba, “el taxista mas chulo del Cairo” como él mismo se hacía llamar ja ja!
Arreglamos para que nos pase a buscar al otro día a las 8 para ir a Sakkara y alrededores. Pedimos al conserje que nos despierten a las 7.
Nos fuimos a dormir y en la habitación del hotel con la luz apagada solo entraba el resplandor de la luna y de las luces de la ciudad y yo no podía creer estar allí, en mi amado Egipto y en esa maravillosa ciudad: El Cairo. Me dormí profundamente.

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