lunes, 1 de octubre de 2007

Egipto XVI

Día 11 - Museo del Cairo / Mezquita de Alabastro
22 de Mayo de 2006
Nos despertamos como a las 7:30, nos cambiamos, bajamos a desayunar y directamente salimos para ir directo al museo.
Nos tomamos un taxi desde el hotel para llegar más rápido. Por fin llegamos! Como nos dejó enfrente teníamos que cruzar la avenida lo que fue toda una aventura, corriendo y esquivando autos mientras escuchábamos la típica melodía de los bocinazos. Para llegar a la entrada del museo había que pasar por un montón de seguridad, y bueno dentro de ese museo se encuentra uno de los tesoros más importantes de todo el mundo, no es para menos.


Las cámaras de fotos tuvimos que dejarlas en un lugar en la entrada donde nos daban un numerito para al salir poder retirarlas.
Entramos al Museo y decidimos ir primero a los pisos superiores o sea al revés de cómo van los tours, asi podíamos recorrer más tranquilas, y realmente acertamos porque por momentos estábamos solas en algunas salas. Fuimos a la sala de momias por la que tuvimos que pagar otra entrada. Eso fue algo maravilloso, entramos y lo primero que vimos fue la momia de Ramsés II, mi emoción fue enorme, estaba viendo con mis propios ojos a Ramsés el Grande, el hombre que reinó durante 67 años esa maravillosa tierra llamada Kemit, ese sobre el que tanto leí, sobre el que tanto escuché, ese sobre el que tanto sabía y casi lo sentía como un conocido! Él no estaba esperando, majestuoso, poderoso, con su estampa de Rey, con su dignidad intacta a pesar de su exposición. Su rostro está en paz, sus manos cruzadas sobre su pecho en la pose típica de los Faraones, su pelo rojizo y rizado aún se puede ver en su cabeza!. “Hola Ramsés, por fin nos conocemos” dije en voz baja para que no me creyeran loca! Fue una sensación rarísima, de emoción, alegría, respeto… el corazón me latía muy fuerte.
Después de presentar nuestros respetos a Ramsés, seguimos recorriendo la sala y llegamos al lado de Seti I, padre de Ramsés II, cuya momia se conserva perfectamente, su rostro es muy sereno como el de un hombre que fue afortunado en su vida, hasta parece sonreir.
Y junto a él su nieto: Merenptah, hijo de Ramsés II con su primer esposa: Isis, quien sucedió a su padre en el trono pero por muchos menos años que él ya que ya era viejo, justamente habíamos visitado su tumba en el Valle de los Reyes.
Seguimos y llegamos hasta Tutmosis III, Faraón de la maravillosa Dinastía XVIII, quien reinó en corregencia con su madrastra Hatchepsut, en realidad ella se convirtió en rey y gobernó como una verdadera Faraón, lo que hizo que Tutmosis III la odiara y borrara todos los recuerdos de Hatchepsut cuando él asumió como Faraón, para que nadie se acordara de ella.
Igualmente Tutmosis III, aparte de estos celos que sentía hacia su madrastra, llevó a cabo una campaña militar impecable, nunca perdió una batalla y fue un gran Faraón.
A su lado se encuentra su padre Tutmosis II, esposo y hermanastro de Hatchepsut. Un hombre bastante enfermizo que reinó pocos años.
Había otras momias también que en este momento no recuerdo sus nombres, antes de salir de la sala nos despedimos de Ramsés hasta la próxima vez.
Recorrimos el Museo y es impresionante la colección que se conserva ahí, obviamente no terminamos de ver ni la mitad del museo. Vimos entre otras cosas: ajuar funerario de Tutanjamón que es bellísimo e increíble, no podía creer estar viendo lo que había descubierto Howard Carter en 1922 cuando hizo un agujero en el muro y acercó la antorcha, entonces Lord Cavvanon le preguntó: “Y que ve????” y Carter respondió “Veo cosas maravillosas!” guauuuu! Se me pone la piel de gallina al recordarlo y pensar lo que habrá sentido ese hombre en ese momento.
Vimos las capillas de oro, la caja enorme que contenía los vasos cánopes custodiada por las diosas Isis, Neftis, Selket y Neith, al hermoso Anubis como guardián del Rey, con sus garras intactas, su mirada penetrante y viva, con Ale no podíamos creer estar enfrente de él que tantas veces vimos en fotos cuando Carter descubrió la tumba que tenía un manto sobre el lomo, ahora estaba enfrente de nuestros ojos.













También vimos de Tut la cama, apoya cabeza, el trono! Con la famosa imagen de Ankhesepatón “mimando” a su joven marido, los bastones, estatuas del Rey, ushebtis, arcos y flechas, carros, etc. Las joyas que están en una sala aparte son maravillosas.
Por fin llegamos a la sala donde se encuentran los sarcófagos del Rey, dedales de oro para cada uno de los dedos del pie y de la mano, el cayado y el bastón que tenía tut cuando lo encontraron, amuletos, brazaletes, aros, pectorales, anillos montón de cosas mas; y la famosa máscara funeraria de Tutankhamón, que es mas hermosa que en las fotos. En la parte superior del cubículo donde estaba había un espejo por lo que se podía observar que la víbora del ureaus continúa hasta atrás, cada vez me sorprenden más los antiguos egipcios, hasta ese detalle tuvieron en cuenta.
Después bajamos al primer piso que está ordenado cronologicamente según las agujas del reloj y vimos la única y pequeña estatua de Keops, el ajuar de su madre la reina Hetepheres, Rahotep y Nofretete, el famoso escriba, y a Kaaper, el cual los obreros que lo descubrieron lo bautizaron como Sheirh el-Beled o sea “El Alcalde del Pueblo” ya que se parecía mucho a este.

Seguimos recorriendo y de repente veo una capilla de madera oscura que me parecía muy conocida y me acerco y sí! Era él, el Ka del Faraón Hor, único vestigio de su existencia.
También vimos a Amenenhat, representado como el Dios del Nilo, y a tantos otros faraones que reconocía sin problemas y lo que me daba mucha satisfacción: Kefrén, Micerinos, Hatchepsut, Ramsés II, Sesostris, Snofru, Amenofis II con Tiyi, etc.
Después en la sala dedicada a la época armaniense vimos las estatuas colosales de Akhenatón, algunas mas pequeñas de Nefertiti, de el Faraon con Tut y muchas cosas mas.
A esa altura ya estábamos cansadísimas y nos faltaba tanto por ver! Pero también se acercaba la hora de encontrarnos con Walid por lo que decidimos irnos, y dejar para la próxima vez ver todas las maravillas que guarda ese Museo.
Pasamos primero por unos negocios que hay a la salida y Ale se compró un libro tipo guía del Museo y yo nada porque era todo carísimo.
Al salir retiramos las cámaras de donde las habíamos dejado y nos sacamos algunas fotos en el jardín del Museo donde hay un estanque con lotos y papiros.


















Desde allí fuimos directamente al KCF como habíamos quedado con Walid, mientras él llegaba nos pedimos unas pepsis (como dicen allá: hola hola bebsi cola! Ja ja!). Walid llegó enseguida en un taxi Hyundai amarillo nuevo muy lindo y lo mejor de todo es que tenía aire acondicionado.
Subí yo adelante y Ale atrás. Fuimos primero a la mezquita de alabastro la cual está dentro de la ciudadela, Walid nos dijo que en una hora y media nos encontraba allí mismo. Subimos como un sendero y sacamos los tickets de ingreso.
Desde allí caminamos bastante por una callejuela, subimos una escalera y por fin salimos a la explanada de la Mezquita que me pareció hermosa, sacamos fotos y de repente se me acerca una chica egipcia y me dice en inglés si se pueden sacar una foto con nosotras a lo que respondo que por supuesto que si.
Nos sacamos la foto y como tonta no me di cuenta de decirles que nos saquemos una foto con nuestra cámara…y bueno será en otra oportunidad.
Caminamos hasta la entrada donde nos pusimos los sacos para taparnos lo brazos y nos sacamos los zapatos para poder ingresar, entramos primero como a un gran patio rodeado de galerías y con un lugar en el centro donde se hacían las ablusiones, o sea se lavaban para purificarse.
Entramos a la mezquita que estaba toda alfombrada y tenía una araña gigante, la paz que se respiraba allí era increíble, con nosotras solo había 4 o 5 personas más que eran egipcias. Después de hacer unas fotos, con Ale nos sentamos en el piso sobre la alfombra y ahí nos quedamos un rato largo, es que se sentía una paz inexplicable en ese lugar. Igualmente se que tuvimos mucha suerte nosotras ya que todas las fotos que vi de otros que la visitaron se ve repleta de gente.

Salimos de allí y justo era el llamado a la oración, entonces mientras escuchábamos eso observábamos la vista preciosa del Cairo que desde allí se ve, sacamos fotos desde todos los ángulos y después yo le saqué a Ale una foto en una fuente con leones.
Salimos y fuimos hasta donde habíamos quedado con Walid y allí estaba puntual como siempre. De allí fuimos al Barrio Copto. En un momento veo que hay colgado en el espejo retrovisor como una especie de vasijita con una flor y Walid enseguida lo descuelga y me dice: “it´s for you” que lo había comprado para mi y me lo da…es un perfumero que en la tapa tiene una flor de tela pero perfumada, que hermoso regalo!



Le agradecí muchísimo, casi emocionada es que los hombres argentinos son tan poco caballeros o románticos que es raro encontrar un hombre asi, a cambio de nada!
Llegamos a una calle donde había ua mezquita y enfrente un bar y Walid nos dice que caminemos hacia la derecha que allí está el Barrio Copto que él nos espera en ese bar.
Caminamos como nos indicó él y primero fuimos a la iglesia de San jorge (mas conocida como la iglesia colgante) tenía rimero un patio y vimos que había un baño obvio que aprovechamos y lo usamos! Despues subiendo unas escaleritas está la iglesia propiamente dicha. Es hermosa pero rara a la vez, de un lado se deben sentar los hombres y del otro las mujeres. Sacamos fotos de las imágenes de santos y virgenes que allí había y yo le saqué a unos vitreaux que me parecieron muy lindos. Al salir como no podía ser de otra manera compramos estampitas todas escritas en árabe, muy originales.


Seguimos caminando y llegamos como a una puerta gigante de madera la que estaba abierta, entramos y las callecitas eran muy angostitas, estilo Marruecos donde había casas que vivía gente “normal” y en todos lados se veía la típica cruz copta, tambien había negocios pero por lo que vimos ya estaba por “cerrar” ese lugar por lo que apuramos el paso.
Salimos de allí y segimos caminando por esa calle, en un puestito le compramos a una señora una especie de lámpara colgante re lindo y muy barato. Después Ale compró un cuadrito a un anticuario
Volvimos por la misma calle y llegamos al bar donde nos estaba esperando Walid, nos sentamos con él y nos ofrecieron un te caliente! Porque según ellos el te caliente quita la sed y el calor. Tambien nos trajeron una botellita de agua mineral como es costumbre en todos los bares de El Cairo pero como faltaba un vaso el dueño del bar no dudó en sacar un vaso de otra mesa que estaba ocupada, enjuagarlo y traerlo a nuestra mesa ja ja ja! como me gusta la falta de caretaje de los egipcios!!!
Las mesas en los bares son muy angostas y casi siempre están cubiertas por un mantel de plástico con publicidad de Te Lipton o Coca Cola. Estábamos disfrutando nuestro te caliente con 35º de calor mientras mirábamos un partido del Ahly, y Walid me dice que se quisiera sacar una foto conmigo pero que espere un momento, fue hasta el auto y volvió con una corbata, es que se quería sacar la foto con la corbata puesta, que divino! El dueño del bar nos sacó la foto a nosotras dos y a Walid con su corbata.
Nos fuimos del bar y le preguntamos a Walid por el espectáculo de luz y sonido en las pirámides, nuestra idea era ir hasta allí a Pizza Hut o similar, comer y de paso ver el show, pero él nos propuso llevarnos a la casa de un amigo que vive frente al recinto de las pirámides y ver el espectáculo totalmente gratis. Nosotras no estábamos muy convencidas porque ir a la casa de alguien que no conocemos y con Walid que recién lo conocíamos, era un tanto arriesgado…Pero él nos convenció que no había ningún peligro, que era gente muy amable, finalmente aceptamos.

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