domingo, 1 de julio de 2007

Egipto VIII

Día 5 – 16 de Mayo de 2006
Abu Simbel
Sonó el teléfono para despertarnos a las 3:30 de la mañana, nos levantamos, nos vestimos y fuimos a la recepción del barco. Allí había café o té caliente para el que quiera tomar. Nos sentamos a esperar,  con nosotros había una pareja de novios franceses que también iban a Abu Simbel. En un momento viene un empleado del crucero y nos entrega una caja a cada uno con una vianda que consistía en unos panes, mermelada, una medialuna, una fruta y una botella de agua. La verdad que era bastante incómoda la caja pero a falta de desayuno venía bien. Al rato llegó el representante de la agencia en Aswan (que no me acuerdo el nombre) y nos indica que lo sigamos, fuimos hasta la corniche y nos sentamos en un banco a esperar la combi que nos pasaría a buscar. Efectivamente llegó al rato por lo que ya dentro de la camioneta nos dirigimos al lugar desde donde salía el convoy. Allí esperamos bastante, porque se ve que había algunos retrasados, finalmente habremos partido a las 5 menos cuarto pero aún era de noche. El viaje no fue de lo más agradable, pero no porque la camioneta era incómoda, sino porque yo me empecé a sentir un poco mal, igualmente fue más fuerte mi cansancio y me dormí. Me desperté cuando ya estaba el sol afuera y faltaría 1 hora para llegar, me seguía sintiendo mal entonces decidí comer uno de los panes de la vianda, pero me cayó re mal! En fin pero ya ibamos llegando a Abu Simbel y tenía que reponerme sí o sí. Ya de lejos vimos las montañas que protegen a los templos y mi ansiedad crecía a cada instante. Pasamos por el pueblo de Abu Simbel que me pareció chiquito pero agradable, muy apacible. Llegamos al estacionamiento donde había muchísimos micros y camionetas, tratamos de adelantarnos porque yo quería pasar por el baño antes y no queríamos que vaya toda la multitud antes que nosotros. Fui al baño, mi malestar iba en aumento y mis nervios también! Hicimos la cola para comprar los tickets y como ibamos sin tour ni guía pudimos entrar rapidamente, caminamos por el camino que conduce al templo mayor, comenzamos a ver el Lago Nasser y de repente en todo su esplendor los cuatro colosos de Ramsés aparecieron ante nuestros ojos, que maravillosos y que inmensos! Tan grandes como nuestra emoción y felicidad! Sacamos bastantes fotos aprovechando que no había llegado tanta gente y después entramos. Creí que mi corazón iba salirse de mí, las piernas me temblaban y estaba mareada, no sé si era de la emoción de estar recorriendo lo que tanto deseaba o de mi malestar, yo creo que fue la
conjunción de ambas…
Recorrimos con Ale cada rincón del templo, en algunas salas más pequeñas y no tan importantes estábamos solas y no podíamos creer estar ahí, contemplando los grabados que alguna vez el mismo Ramsés había observado.
En la parte donde están los Dioses con Ramsés si había mucha gente, pero esperamos un momento para poder admirarlos desde la primera fila y robarles una foto… sin flash por supuesto!
Salimos del templo mayor y yo ya no podía más, creí que me moría, encima el calor era terrible por lo que le dije a Ale que mientras yo me sentaba un rato ella recorriera lo que quisiera. Me senté en un banco frente a los Ramsés!!! A pesar de sentirme horrible, trataba de retener en mi retina esa maravillosa imagen que no me cansaba de observar y pensaba que ya estaba, ya me podía morir tranquila! es que me sentía tan mal. Ale fue para el lado del lago, volvió y fuimos al templo de Nefertari, realmente hacía un esfuerzo para caminar, pero llegué hasta allí. Sacamos algunas fotos pero ya no tenía más fuerzas para nada y le dije a Ale, con toda mi tristeza, que entre ella sola al templo de la Reina, que yo mientras la esperaba sentada en la sombra (la temperatura ya era de 43°!) Ale me dejó su cámara y se llevó la mía ya que quizás adentro podía sacar alguna foto sin flash y la suya disparaba flash si o si.
Mientras esperaba a Ale observaba todo a mi alrededor: unos gatitos, unos gorriones que comían las migas de pan que le tiraban unos alemanes, el templo de Nefertari, la gente que iba y venía, con las pocas fuerzas que me quedaban saqué algunas fotos, entre ellas una que me encanta: está Nefertari con su hijo pequeño a sus pies y delante pasa caminando una mujer nubia con su
bebe, o sea las dos señoras con sus hijos. Volvió Ale y fuimos caminando despacio para la salida, en silencio me despedí de Abu Simbel prometiendo volver algún día. Después de comprar una seven up y atravesar un mar de vendedores que nos acosaban llegamos hasta la camioneta donde nos sentamos a esperar al chofer. Tardó bastante y el calor era terrible, por fín llegó y se pusieron en marcha todo los vehículos y uno a uno fueron saliendo hacia la ruta. El viaje de vuelta para mí fue espantoso, tenía fiebre, cólicos en el estómago, me dolía todo el cuerpo y se me hacía larguísimo!Llegamos al mediodía y nuestro barco partía hacia Esna a las 12:30, por lo que aprovechamos para bajarnos cuando paró la camioneta para dejar otros turistas como a dos cuadras del barco, empezamos a correr y la pareja francesa también, llegamos y todo bien aún estaba el barco en su lugar.
Fuimos directamente a nuestra habitación, el barco ya se puso en marcha rumbo a Esna. Yo me bañé me puse el pijama, tomé un ibupirac y una buscapina y me acosté tapada hasta la cabeza porque tenía frío, yo creo que sería por la fiebre. Después de un rato me quedé dormida y Ale también. Me desperté porque sentí que el barco se detenía, le avisé a Ale que seguramente ya era la hora de la visita a Kom Ombo pero ella también se sentía un poco mal y yo peor por lo que decidimos quedarnos y perdernos la visita, seguramente habrá otra oportunidad para conocerlo. Ese día dormí todo el día y solo tomé agua mineral pero el malestar no se iba, lo raro es que no eran los síntomas del mal de Tut. Mientras navegábamos hacia Edfu donde pasaríamos la noche, Ale fue primero a la terraza un rato y luego a cenar sola y cuando vuelve me cuenta que justo esa noche todo el comedor del barco estaba ambientado como una tienda árabe, los mozos de chilaba, sonaba música árabe y la comida era toda típica árabe! Que bronca y yo enferma y acostada en la cama, pero que iba hacer? No tenía fuerzas ni para levantarme. Los mozos le preguntaron por mí, Ale les comentó que estaba enferma y me enviaron deseos que me mejore pronto. Antes de dormir repetí la medicación de la tarde esperando sentirme mejor al otro día…cuando me dormí Ale todavía estaba haciendo algunas cosas, no sé a que hora se habrá dormido porque no me desperté hasta la mañana siguiente.

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